La pareja dejó a Bautista y Beltrán en Santiago, al cuidado de su abuela, y disfrutaron de una escapada romántica.
Fue un viaje relámpago, de tres días inolvidables, en los que no faltó la emoción ni la magia de toda miniescapada a Las Vegas. Invitado especial de HBO y la mismísima organización de los Grammy Latinos, el pasado miércoles 20 de noviembre Benjamín Vicuña (34) suspendió todos los compromisos en Chile para volar junto con Carolina «Pampita» Ardohain (35) a la Ciudad de la Perdición. Además de asistir a la entrega de los premios a la música, quiso mimar a su mujer con una merecida «luna de miel». Hacía más de un año que no viajaban solos.
Tras dejar a sus hijos Bautista (5) y Beltrán (1) al cuidado de su abuela Isabel Luco en su imponente residencia en Pirque, viajaron a Vegas y se instalaron en una exclusiva suite del Four Seasons Hotel. Los esperaba el primero de los eventos del trip: la comida de gala que la Academia Latina de la Grabación había organizado en homenaje a «la Persona del Año», Miguel Bosé.
ENCANTO LATINO
Siempre deslumbrantes, la argentina y el chileno acapararon la atención de los fotógrafos que esperaban a las celebridades en la entrada del Mandalay Bay Center. Ella cautivó con un impecable diseño black & white de Carolina Herrera y alhajas de su colección privada. Benjamín lució un smoking de Paco Rabanne. Allí, siempre de la mano y con una sonrisa permanente, se mostraron unidos y felices. Aplaudieron el show en el que Ricky Martin y Laura Pausini le rindieron tributo al artista español, y compartieron la velada con sus seguidores de Twitter. «Esta fue una de las noches más lindas que viví en mi vida», escribió él. Pampita tampoco se quedó atrás y enseguida se sumó al entusiasmo de su hombre: «¡Gracias, amor! A tu lado tengo todo», fue la romántica respuesta.
Al día siguiente, la agenda de Benja se mantuvo a tope de obligaciones con la promoción del lanzamiento de la segunda temporada de la serie Prófugos. Por la noche, fue con Carolina a la entrega de premios y luego se unieron a un after party de Cîroc. Y ella volvió a impactar, esta vez con un Dolce & Gabbana blanco al cuerpo. Se divirtieron como hacía mucho tiempo no lo hacían y a la madrugada volvieron al hotel.
Cansados de tanto ajetreo social, pero renovados y felices, Benjamín y Carolina emprendieron el vuelo de regreso a casa con el sabor de haber disfrutado de unas inolvidables y merecidas horas juntos..