El acto religioso se celebró en Qunu, finca donde Madiba pasó su infancia y donde finalmente fue enterrado.»Debemos perpetuar su herencia», sostuvo el presidente Jacob Zuma.
Después de diez días de emotivos homenajes y recordatorios, finalmente los restos del fallecido ex presidente Nelson Mandela ya descansan en Qunu, pueblo en el que Madiba pasó su infancia.
Los funerales y el traslado al camposanto, en la hacienda de la familia Mandela, tuvo carácter de Estado: el féretro estuvo envuelto en la bandera sudafricana y custodiado por militares. Asimismo, una escuadrilla de aviones saludaron el traslado de Madiba al lugar donde fue enterrado.
El entierro fue privado y ejecutado bajo los ritos de la etnia xhosa. Antes, se celebró un funeral en una gran carpa montada en la hacienda Mandela al que estaban invitadas 4.500 personas, entre ellas se encontraba la familia del ex presidente y mandatarios de diferentes países.
Un gran retrato suyo presidía el estrado, y a sus pies 95 velas estaban dispuestas en dos filas, en forma de media luna.
Mientras tanto, toda Sudáfrica pudo seguir de cerca el sepelio, ya que se instalaron decenas de pantallas gigantes para seguir las honras.
El féretro recorrió el trayecto, entre la casa de Mandela y la carpa, en un remolque de un camión militar y envuelto en la bandera de Sudáfrica. A su vez, una guardia militar escoltó el cuerpo, que avanzó hacia el lugar del funeral al compás de marchas militares y mientras los cañones disparaban salvas en honor a Mandela.
Portado por generales, el ataúd entró en la carpa seguido por el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, el nieto mayor del ex presidente, Mandla Mandela, y, en una segunda línea, la viuda de Mandela, Graça Machel, y su ex esposa, Winnie Madikizela-Mandela.
El coro entonó el himno religioso xhosa «Lizalis’ idinga lakho» (que significa «Cumple tu promesa») para dar inicio a la ceremonia.
Entre los presentes se encontraron líderes religiosos de distintas confesiones, el príncipe Carlos de Inglaterra, el príncipe Alberto de Mónaco y líderes de países como Malaui o Tanzania.
El presidente sudafricano Jacob Zuma, uno de los principales oradores durante el funeral, exhortó a sus compatriotas a «perpetuar la herencia» de Nelson Mandela.
«Tu largo camino hacia la libertad culminó, en el sentido físico del término. Pero nuestro propio viaje continúa. Debemos seguir construyendo la sociedad por la cual trabajaste. Debemos perpetuar la herencia«, pronunció Zuma.
Y agregó: «Sudáfrica va a continuar creciendo, porque no podemos decepcionarte«.