En las últimas hora se elevó el número de víctimas en Indonesia y se reducen las esperanzas de hallar posibles sobrevivientes bajo las cenizas. Las emanaciones que cayeron este fin de semana han comenzado a endurecerse.
El monte Semeru de Indonesia arrojó más ceniza el lunes, lo que dificultó la búsqueda de supervivientes, ya que las imágenes aéreas mostraban el alcance de la devastación desatada por la mortal erupción del fin de semana del volcán.
La nueva actividad volcánica del lunes obstaculizó los esfuerzos de búsqueda, lo que obligó a los equipos de rescate a retirarse de algunas áreas.
“Hubo una pequeña erupción reciente que podría poner en peligro a los equipos de evacuación”, dijo el rescatista Rizal Purnama.
De las áreas cubiertas por la ceniza volcánica continuaron surgiendo peligrosas columnas de humo espesas, mientras que los rescatistas con cascos intentaron cavar en el barro para tratar de encontrar sobrevivientes y recuperar cuerpos.
Su tarea se hizo más difícil ya que los escombros volcánicos habían comenzado a endurecerse.
Los rescatistas desenterraron con sus manos desnudas el cuerpo de un chico de 13 años, después de que una mejora en el tiempo les permitiera reanudar la búsqueda tras una violenta erupción del volcán más alto de la isla indonesia de Java. Al menos 15 personas murieron por la ceniza y el gas caliente, y otras 27 personas resultaron heridas.
El monte Semeru, en el distrito de Lumajang, en Java Oriental, expulsó densas columnas de ceniza que alcanzaron los 12.000 metros (40.000 pies) de altura, en una erupción repentina el sábado provocada por las fuertes lluvias. Los pueblos y ciudades cercanas se vieron cubiertas por toneladas de material volcánico.
Nubes abrasadoras de gas bajaron por las laderas de la montaña, golpearon poblados enteros y mataron o causaron quemaduras graves a las personas a las que encontraron a su paso.