La víctima había recurrido al tratamineto por un problema de obesidad.
Un médico y homeópata de Buenos Aires, fue condenado por causarle la muerte a una joven paciente que había iniciado un tratamiento para obesidad. El profesional oriundo de Buenos Aires viajaba a la región para atender a sus pacientes, una vez por mes. Atendía sin mátricula provincial y enviaba las drogas desde su provincia natal.
Mario Pedro Borgarelli había sido acusado en mayo de este año junto a una mujer que trabajaba junto a él como secretaria, por causarle la muerte a Tamara Espinoza (30) que había iniciado un tratamiento para la obesidad.
El imputado (Borgarelli), sin la solicitud de estudios previos a la paciente, sin contar con la historia clínica de la misma y sólo con la observación de su iris mediante el uso de una lupa y sumado a la entrevista personal, le recetó Sanorex y Circupon (las cuales son anfetaminas y derivados de ella), indicándole la toma diaria de las mismas, una durante la mañana con el desayuno y una por la tarde.
La víctima había iniciado el tratamiento indicado y luego lo interrumpió por seis meses, habiendo retomado aproximadamente en septiembre de 2020, momento en que, tras consultar una vez más con Borgarelli, reanudó la ingesta de las mismas drogas, “sin control ni seguimiento alguno”.
La medicación recetada por el profesional, está prohibida por la ANMAT y probocó un infarto que causó la muerte de Tamara.
Según la conclusión de la autopsia, la ingesta de estas drogas provocó que Tamara comenzara a sentir malestar, teniendo vómitos y deposiciones permanentes, para luego de ello, generarle una falta de circulación sanguínea adecuada en su corazón, lo que le ocasionó una isquemia miocárdica, que la condujo a su fallecimiento el 17 de diciembre de 2020, alrededor de las 9, en su domicilio particular.
El avance de la investigación permitió confirmar que las drogas e indicaciones tuvieron injerencia directa en la muerte de la joven.
Por ello, Borgarelli aceptó su responsabilidad por los hechos y así evitó ser llevado a juicio. En un acuerdo pautado con fiscalía, mediando el asesoramiento de su defensor, el médico fue condenado por los delitos endilgados a la pena de tres años de prisión en suspenso y la prohibición para ejercer la profesión durante un periodo de cinco años.
Además, acordó realizar una importante reparación económica a la familia de Espinoza, aunque su monto no fue divulgado.