Una jueza porteña decidió que la menor debe vivir con su padre, en Buenos Aires y no con su madre en Neuquén.
Una mujer neuquina denunció ser víctima de una sentencia arbitraria dictada por una jueza de Buenos Aires.
La mujer había denunciado al padre de la menor por hechos de violencia física, psicológica y económica.
Yain Arias Jordán, madre de la menor, tuvo que cumplir con la sentencia dictada por la jueza Mariana Fortuna, del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 38, que la obligó a llevar a su hija a Buenos Aires, donde, según ella, debe vivir.
Yain, oriunda de Neuquén, tuvo una hija en Buenos Aires y regresó a la provincia en septiembre del 2019 cuando terminó con su pareja por hechos de violencia. Decidió refugiarse cerca de sus familiares. En ese entonces, su hija tenía dos años y en Buenos Aires sólo vivía su papá, denunciado por violento.
El padre de su hija inició una demanda y la jueza Mariana Fortuna, del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 38, obligó a Yain a llevar a su hija nuevamente a Buenos Aires, donde, según ella, debe vivir.
El 21 de diciembre del 2020, la cámara Civil Sala F conformada por José Luis Galmarini, Eduardo Zannoni y Fernando Posse Saguier, confirmó la sentencia. La Defensora Pública de Menores e Incapaces, María Cristina Martínez Córdoba, también consintió el fallo por lo que Yain, el 12 de diciembre del 2020 tuvo que restituir a su hija, a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) para que viva con su papá.
Sin embargo, según la madre de la menor, no hubo informes psicológicos, sociales para dar sustento a tremenda sentencia que la separó de ella. «Los jueces y magistrados resolvieron un problema con el manual, no con sabiduría de cualificar las vivencias de las personas que son afectadas por esas decisiones arbitrarias y autoritarias. No se produjo prueba alguna, se llegó al fallo con los argumentos de cada parte, vulnerando claramente mi derecho de defensa y el Derecho Constitucional de mi hija de ser oída”, subrayó Yain.
La mujer aclaró que el regreso de ella a Neuquén, junto a su hija, fue producto de la ruptura convivencial con su ex pareja, a quien definió como “violento”. En ese sentido, aseguró haber sufrido “múltiples hechos de violencia física, psíquica y económica. Y ante el hecho de no tener ningún familiar ni por parte materna o paterna que me ayudaran en el cuidado de mi hija decidí mudarme a Neuquén, con el consentimiento del padre”.
Según el relato de Yain, luego de que la menor fuera a Buenos Aires con su padre, “él consideró que era el dueño de ella y cortó toda comunicación con la familia”.
“Desde el 12/12/20 viaje dos veces a la CABA. Una de ellas un fin de semana, otra para buscarla para pasar fin de año. En esa ocasión el padre no quiso que la llevara. Solamente podía pasar del 30/12/20 al 3/1/21 en su ‘centro de vida’, según sentencia. Así, tuve múltiples exigencias de su parte que ha tratado a mi hija como un trofeo de guerra, no como una persona íntegra y de 3 años”.
En las vacaciones tampoco le dejó llevarla fuera de CABA. “Llegué el 16 de enero de este año y encontré que mi hija había sido maltratada físicamente y ella no sabía por qué. Tenía lesiones. La llevé al Hospital Gutiérrez y realicé la denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica de la CSJN”, indicó. Denunció la situación también en el Juzgado Civil Federal 4, que le otorgó medidas de protección a ella, pero no así a la hija, quien había sido la víctima de las lesiones en esta oportunidad. Es decir, que el denunciado por violentar a su hija ya no podría acercarse a ella, pero sí a la menor por lo que decidió no llevarla devuelta con su padre y regresar a Neuquén.
Yain recordó que durante la convivencia con el padre de su hija sufrió varios episodios violentos.
“Recibí amenazas de muerte del padre; he llorado por la violencia institucional de sentencias que me privan del contacto cotidiano con mi hija y le reconoce derechos a una persona con actitudes violentas. He tenido que pedir autorización para ver a mi hija. ¿Ustedes se dan cuenta de la violencia de esa medida?”, se preguntó la madre neuquina.
Pero más allá de los episodios de violencia, denunciados en fiscalía, la sentencia fue ratificada y ahora le impusieron una multa de 100 mil pesos si no cumple con el fallo.
“Actualmente me encuentro con mi hija solicitando el resguardo por parte de la justicia y diferentes instituciones. Solamente quiero cuidar su preciada infancia, preservar sus derechos de tener una vida estable rodeada de sus afectos y familia”, concluyó.