Se desconoce cómo el coche llegó a las turbulentas aguas, pero ya era demasiado tarde para recuperar a la conductora con vida.
Una difícil operación de rescate se llevó a cabo el jueves al borde de una de las cataratas del Niágara, en la frontera entre EE.UU. y Canadá, donde un coche se vio en el agua a tan solo 50 metros del precipicio.
El operativo involucró un helicóptero y a un buceador de guardacostas de EE.UU. que, suspendido en una cuerda, luchó con el viento y las rápidas y frías corrientes para alcanzar a una persona atrapada dentro del vehículo. Desafortunadamente, la mujer, de unos 60 años, fue sacada sin vida.
Numerosos videos y fotos de la operación, divulgadas en redes sociales, mostraron la severidad de las condiciones en las que se realizaron los esfuerzos de rescatar a la automovilista. El coche se sumergió casi completamente, quedando solo parte del techo y el maletero abierto visibles sobre la superficie.
La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, tuiteó que estaba «entristecida por la trágica pérdida de vida», al tiempo que agradeció a los rescatistas por sus «acciones rápidas y heroicas» en esa zona, conocida como la catarata estadounidense.
Todavía se desconoce cómo el auto cayó en el Niágara. Fue descubierto por testigos que notificaron el hecho a las autoridades.
AP reporta que la Policía usó un dron para determinar si había personas dentro del vehículo.
No se excluye que la nieve lo haya hecho resbalar sobre el asfalto en una vía colindante. Los investigadores se proponen determinar si la caída al río fue intencional o se produjo por accidente.